miércoles, 28 de septiembre de 2016

Colombia sueña con la paz.



Tras 52 años de guerra, el gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC llegan a un acuerdo histórico de paz. Hace tres días se firmaba en Cartagena este primer paso hacia la construcción de una nueva Colombia. Este acuerdo deberá ser refrendado por la ciudadanía a través de un plebiscito que se realizará el próximo domingo 2 de octubre. Cabe recordar que además de las FARC, aún quedan otros grupos armados que no forman parte de este acuerdo y que se hará necesario una pronto resolución, como es el caso del ELN, los paramilitares y las bandas narcotraficantes.  Estos últimos han financiado y negociado con todas las partes en disputa, tanto con el gobierno como con los grupos armados.
Desde mañana, Reportero Nómade se muda a Bogotá para contarte cómo se desarrolla el plebiscito y los casi seguro festejos posteriores. Al día de hoy las cifras que se manejan son de una diferencia de 70 a 30% a favor del SÍ a la paz.

Además conoceremos que piensa y que sienten los colombianos y las colombianas de éste acuerdo que debería marcar el inicio de una nueva vida para una Colombia desangrada.  Miles de desplazados internos, muertos, mutilados, desaparecidos y secuestrados han regado con su sangre el suelo de esta hermosa nación. Y ahora esperan por fin vivir en un país pacificado, sin regiones impenetrables, sin secuestros y sin persecución política.
El presidente Santos quien fuera ministro de su antecesor Uribe, ha sorprendido al mundo con su política de negociación apostando a la paz y antagónica a las prácticas del ex presidente Uribe. Ahora deberá comenzar un difícil camino, el de la inserción de los miembros de la guerrilla de las FARC a la vida civil, lejos de las armas. Es bueno recordar que muchos de los miembros de ésta organización guerrillera han nacido y se han criado en la selva, en los campamentos de los insurgentes por lo tanto tenían vedadas sus posibilidades de poseer un documento de identidad, de acceder a la escuela o a la universidad. Esto empieza a cambiar. Los líderes guerrilleros podrán apostar a la lucha electoral y el resto de los guerrilleros podrán vivir una nueva vida en una nueva Colombia, por lo menos es el deseo de la enorme mayoría de los colombianos.


R.N.















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