lunes, 22 de agosto de 2016

Más de seis meses de abandono...

Hoy ya no se ven las interminables filas de refugiados caminando por carreteras y atravesando los campos de maíz o girasoles,  tampoco se ven los campamentos como Idomeni, regados de pequeñas carpas y cocinas improvisadas en el suelo.  
En realidad se ve cada vez menos. Se muestra cada vez menos. Las grandes cadenas informativas corren tras la sangre de algún atentado silenciando la cotidiana situación de millones de personas en busca de refugio. Los pocos reporteros freelance que intentan cubrir se encuentran con la prohibición de fotografiar o filmar por parte de las fuerzas de seguridad que están a cargo de los centros de acogida.  Y es por eso que los trabajos terminan siendo pseudo clandestinos. 
Al conversar con las familias acerca de la manera en que están viviendo, la mayoría manifiesta que esto no es vida. Que se los hace sentir infrahumanos. Muchos llevan más de seis meses en estas condiciones. Y el tiempo comienza a pesar. Depresión, desilusión, cansancio, hartazgo...  Seis meses bajo las inclemencias del frío, del calor, de las serpientes, de las lluvias y del ocio. Seis meses sin saber que será de su futuro. Ni el de sus hijos. Cada familia en estos campos carga con pesadas historias de horror y muerte, todos han perdido a seres queridos. Ayer un joven de 17 años que nos ayudó con la traducción durante una entrevista, nos contaba que había perdido a su hermano mayor, de 22 años. Su barrio en Damasco había sido bombardeado y su casa vuelta escombros.

El hecho que los medios no transmitan desde los campos de "refugiados" no significa que el drama ha pasado. Por el contrario, miles de personas siguen huyendo desde otros lugares como Libia o Túnez hacia Italia arriesgando sus vidas en el Mar Mediterráneo. En Grecia mientras tanto, otros millones esperan su salvoconducto que les permitan ser recibidos en Alemania, España o Francia por ejemplo y la apertura de las fronteras para poder continuar por una vía segura. 







2 comentarios:

  1. Es excelente el trabajo que haces Matías, mis respetos a tu dedicación por esta causa. Desde Mendoza, Argentina.

    ResponderEliminar