sábado, 1 de octubre de 2016

Medios hegemónicos ideas hegemónicas.




                         "En días de diálogos entre el gobierno y el grupo guerrillero que lidera alias Timochenko, vale la pena recordar que la paz es esa: decir lo que pensamos así millones no estén de acuerdo, sin que eso nos cueste la vida; o el exilio," Alfredo Molano. 


En los debates televisivos y en los presenciales he estado escuchando las voces de dos de las partes intervinientes en este plebiscito del domingo. Por un lado la voz de los uribistas que desde el Centro Democrático trabajan por el NO al acuerdo de paz y por el otro la del gobierno de Juan Manuel Santos defendiendo los logros de las negociaciones. Unos hablan de lo malas que son las FARC y otros de lo malas que son pero que se van a convertir en buenos... 

Lo que falta en los grandes debates es justamente la voz de las FARC ya que son arte y parte de este acuerdo y que no se consideran malas sino una fuerza insurreccional formada por necesidad del campesinado colombiano ante el abandono eterno de los diferentes gobiernos a lo largo de la historia de este país. Es necesario poder abrir la mente y los oídos a todas las voces. Sobre todo a la hora de una decisión trascendental como la del plebiscito que podría poner fin a un conflicto de más de 52 años. Poder leer las causas objetivas que llevaron a la formación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, cuál fue el rol del estado durante todos estos años, cuál fue el rol de los sectores terratenientes de Colombia, quienes son los dueños de la tierra y cómo se hicieron de ella? 

Quienes son los dueños de los medios de comunicación que durante más de 52 años vienen manteniendo la hegemonía del pensamiento mediático. 
Es urgente poner en debate también la posición de quienes son parte de este acuerdo y que muy rara vez aparecen en algún medio de comunicación dando su versión de la historia. 
Después uno puede pensar lo que quiera de unos y otros, pero se hace necesario escuchar la voz de todos para poder tomar posición, sino estaremos ante una historia parcializada y moldeada a los intereses hegemónicos.

R.N

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